Te contamos qué tecnología utilizar según las necesidades de tu proyecto o evento
Una de las primeras cuestiones que saltan a nuestros clientes, una vez descubren las facilidades que ofrece la tecnología para su trabajo, es qué tecnología utilizar en sus eventos: si códigos de barras, códigos QR, tecnología RFID...
Y, es que, sin duda, son cuestiones que parecen baladí pero no lo son, ya que es imprescindible tenerlo claro para cimentar lo que será toda la parte tecnológica del evento: control de accesos, aforo, acreditaciones o incluso pagos cashless, trazabilidad de los asistentes y un largo etcétera.
Por eso, para intentar dilucidar algunas de las cuestiones más habituales, hoy os contamos qué tecnologías existen para la identificación de los asistentes y qué diferencias hay entre ellas.
Tecnología 2D: códigos de barras y QR
La tecnología 2D es como se conoce a los códigos de barras y QR. Dentro de la irrupción de la tecnología en el sector de los eventos, el código de barras fue el primero en implantarse y, a día de hoy, continúa siendo el método de identificación de asistenes que más se utiliza.
El código QR se he venido utilizando desde hace relativamente poco, aunque con la pandemia el boom de esta tecnología ha sido más que notorio. En España, el código QR generalizó a partir de 2010, si bien es cierto que se inventó en la década de los 90.
Su popularidad fue tal que se comenzó a utilizar para diferentes finalidades, lo que consiguió que empezara a gozar de un mayor rechazo hasta, como comentábamos antes, el estallido de la pandemia de la COVID-19 que ha situado a los códigos QR en un nivel de uso elevadísimo.
Tecnología RFID y NFC
Aunque el origen de la tecnología RFID de remonta a 1973, no es hasta 2004 cuando apareció la tecnología NFC, que, como ya hemos comentado en otros artículos, esta última es una rama de la primera.
La tecnología RFID llegó a los eventos más tarde y lo hizo, en primera instancia, mediante tags pasivos. Posteriormente, evolucionó y ahora en eventos el uso más generalizado es el de los chips NFC. Este tipo de tecnología siempre ha sido muy estigmatizada al considerarse cara que, si bien en un principio pudo serlo como cualquier nueva tecnología, a día de hoy es una afirmación errónea.
Tecnología RFID o código de barras... ¿Cuál utilizar?
Se trate de RFID, como de códigos de barras o QR, la finalidad principal, que es la de identificar elementos, se realiza de forma óptima independientemente del formato del que se trate.
En eventos, todas ellas se caracterizan porque son capaces de cargar la información de los asistentes, lo que permite registarlos, controlar los accesos y tener una trazabilidad de lo que realizan dentro del recinto. De hecho, durante la crisis sanitaria de la COVID-19, la identificación en eventos se ha convertido en un elemento fundamental para el rastreo de asistentes en caso de rebrotes.
¿Cómo decidir utilizar una tecnología u otra? Pues son las características, las necesidades del evento y la planificación que realicen en torno a la identificación y el control de accesos de asistentes los puntos fundamentales para tomar esa decisión.
En primer lugar, aunque ya se ha citado anteriormente, los costes no deben ser el eje en torno al que tomar esta decisión. Se piensa habitualmente que la tecnología RFID posee costes elevados y eso es erróneo. Además, hay que contar con que esta tecnología permite reducir costes complementarios y obtener un mayor retorno de la inversión.
Otro de los motivos por los que se puede contar con este tipo de tecnología es por la imagen que se quiera proyectar. La tecnología RFID y NFC es una tecnología mucho menos intrusiva y que genera un efecto sorpresa brutal entre los asistentes. Para lograr un efecto wow, la tecnología RFID es brillante.
Por otro lado, cabe destacar en pro de la tecnología RFID que no está tan condicionada como los códigos de barra o QR a factores como la luz. Aunque, a favor de los códigos de barras y QR, estos permiten al asistente disponer de los mismos en el mismo momento en el que compra las entradas de su evento, sin tener que pasar por un punto de acreditaciones.